Como patrimonio inalienable, fruto de la genialidad de nuestro Comandante Supremo, las alocuciones presidenciales, representaban un instrumento efectivo de RETROALIMENTACION, que permitían no solo la EVALUACION de la EFICIENCIA y EFICACIA, de los planes y proyectos en ejecución y los ya ejecutados, sino la necesaria interacción y vinculo afectivo entre EL SOBERANO, representado por LAS COMUNAS, y su DIRIGENCIA POLÍTICA, representado en este caso por los responsables de la transición.

La institución de las alocuciones presidenciales, es una necesidad; se lo debemos a su memoria; y a su pueblo, una norma con carácter de Ley Ordinaria, que permita no solo al presidente, sino a cualquier dirigente comprometido con la transición la sagrada interacción con sus comunidades. No tan solo en nuestras capitales, sino en lo mas recóndito de nuestro territorio. Esta futura Ley ordinaria debe resaltar la importancia de las alocuciones presidenciales tanto en las comunas urbanas, como en la de las zonas agropecuarias y pesqueras. Este instrumento debe aplicarse allí, donde no llegan los vehículos automotores, pero se encuentra una comunidad integrada, cohesionada y adoctrinada, producto de la transición.
Es mucho lo que hay que trabajar camaradas.
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