jueves, 24 de octubre de 2019

La Transición. El sujeto económico bolivariano: Hacia un cambio de paradigma. La hipotesis del síndrome del riesgo eminente.

Ahora bien, debemos aclarar, que la producción de materias primas no es en si misma la causa de nuestra estéril producción de manufacturas. Sino mas bien el de mercadear tales bienes en su propia naturaleza ruda. Sin proveer de ellas su aprovechamiento con nuestra fecunda capacidad creadora, en manufacturar bienes  a la latinoamericana. Es allí el cambio de paradigma de nuestra doctrina social bolivariana.   



Es nuestra vieja, y sedentaria cultura rentista de los commodities, y sus consecuencias en nuestra sociedad bolivariana y en nuestra cultura del trabajo; la que el sujeto económico primitivo, hábilmente ha logrado aprovechar para satisfacer las necesidades de gozo y satisfacción individual y a la vez ha suplido los requerimientos técnicos y tecnológicos de origen foráneos necesarios para lograr en un momento determinado la sensación de un país en vías de desarrollo. Es algo parecido a la fabula del rey desnudo. Por décadas nos han cosido un traje perfecto a la medida, con sastres inescrupulosos y carentes de patria, que solo les importa enriquecerse de una sociedad narcotizada por la cultura rentista de produccion de commoditties como moneda de intercambio para un traje llamado DESARROLLO. 


Pues bien., nuestros jóvenes bolivarianos, producto de este paradigma de nuestra cultura rentista de los commodities, durante toda su vida se ven envueltos en un entorno de esta  fabula del rey desnudo, con competidores y ganadores por satisfacer en menor o mayor grado todas sus necesidades, allí están los sastres de nuestro cuento de fabula con trajes a la medida y perfección, pero que simplemente no nos pertenecen por derecho de propiedad, sino simplemente por el derecho al gozo de tales bienes. 

Nuestro país dominado por sastres de fabula o en un país donde la hegemonía le pertenece a sujetos económicos primitivos., la cultura de valores que impera, es básicamente la de mercadear o tranzar el valor de nuestro commodities por el de los bienes y servicios con la mas alta garantía de satisfacción de la necesidad en particular pero que proviene de otras culturas, o son producto de genialidades foráneas. 

Son los bienes transculturizadores los que nos enajenan de nuestra propia realidad, y nos envuelven en una fabula de mentiras, rodeados por todo tipo de sastres cuyo único propósito es de enriquecerse a expensas de nuestras necesidades. Es la receta perfecta al desastre y exterminio de nuestro acervo cultural y herencia histórica. Es la proyección hacia la NADA.


Ahora bien, debemos aclarar, que la producción de materias primas no es en si misma la causa de nuestra estéril producción de manufacturas. Sino mas bien el de mercadear tales bienes en su propia naturaleza ruda. Sin proveer de ellas su aprovechamiento con nuestra fecunda capacidad creadora, en manufacturar bienes  a la latinoamericana. Es allí el cambio de paradigma de nuestra doctrina social bolivariana.  

Entendido este paradigma, la pregunta es como revertir y pasar de una cultura latinoamericana de commodities, a una cultura latinoamericana trascendentalista. La repuesta la encontramos en la exportación de bienes y servicios artesanales manufacturados por las manos y las destrezas de nuestros artesanos y genialidades y la importación de artesanos y expertos foráneos que cultiven en nuestro país sus conocimientos y destrezas en transformar la materia prima ruda en productos manufacturados. 

En este proceso gradual de cambio de paradigmas, observaremos como al mediano y largo plazo, la siembra de artesanos en nuestras comunas manufactureras bolivarianas, permitirán el desarrollo de una sociedad de productores de todas las índoles, condición sine qua non, hacia la búsqueda de un ESTADO TRASCENDENTAL.  

Sin embargo, es necesario, salir de ese estadio minimalista que nos conlleva a ese letargo de vivir a expensas de los commodities. Es otra consecuencia de esta cultura, y otro paradigma a vencer., pues bien, solo un estadio primitivo como es el sentido de alerta, inseguridad o peligro inminente, es la que nos va a permitir arrojarnos hacia el trabajo creador y manufacturero., solo si existe un riesgo permanente de muerte o privación de nuestras libertades va a permitir el fecundo poder creador bolivariano de manufacturas. 

El enemigo lo tenemos, el riesgo existe., solo hay que recalcarlo como un síndrome permanente en la conciencia de nuestra juventud bolivariana fecunda., en los tiempos en que ellos asumen conciencia del poder permutativo del trabajo y asumen roles de sujeto económico bolivariano. Tomados de las manos de los artesanos de la comuna y guiados por nuestro Estado orientador, dichos jóvenes inundados por este síndrome de riesgo eminente son capaces de materializar lo inimaginable, de hacer posible lo imposible y de alcanzar metas en el menor corto plazo. Solo hay que procurar la orientación la formación de sujetos económicos morales y asertivos, dignos forjadores de nuestra patria. Pongan camaradas, cartas en el asunto...