martes, 11 de agosto de 2015

LA TRANSICIÓN: Encauzando el sueño bolivariano mediante la Doctrina Social Bolivariana en el currículo educativo venezolano.


   La Doctrina Social Bolivariana, debe encauzar los esfuerzos de nuestra generación de relevo en función de lograr el sueño bolivariano, de felicidad plena, de un vivir viviendo; al individuo como un instrumento cooperador en el desarrollo de una nación bolivariana de progreso con justicia social. Pero esto solo es posible, si el mismo se encuentra inmersa en el currículo educativo venezolano.

  
 Nuestro Estado social, debe proveer de los principios y valores socialistas de educación para el trabajo cooperativo; y del comercio con justicia y ética social, para que estos se conviertan en estandartes del desarrollo armónico de la gestión, cogestión y autogestión de las empresas u organizaciones sociales, comunales o de índole estratégicas. Claro esta, sin olvidar, que el ejercicio de nuestra Doctrina Social Bolivariana; es una actividad que logra avivar los sentimientos patrios mas puros de nuestro glorioso pueblo; resaltando los pensamientos de nuestros próceres que la historia escrita revela en virtud de los distintos acontecimientos, circunstancias y vicisitudes que lograron superar con éxito; pero también educando con sus errores; en función del análisis e investigación; de sus causas y consecuencias. 

   Ambas tendencias en los pensamientos deben coexistir simbioticamente; convertirse en letra viva; y llevados a nuestra cotidianidad; y aquí nuestro currículo educativo tiene un principal rol. La conciencia social bolivariana del hombre nuevo, nacido en transición bajo nuestra doctrina social bolivariana; debe discernir las consecuencias de una determinada conducta individual; en función de que el mismo nos honra como dignos patriotas y herederos de una patria gloriosa o simplemente nos lleva a la deshonra y la humillación de nuestra sociedad bolivariana.

    En función de nuestra doctrina, una conducta meramente antisocial; representa una traición a nuestros principios y valores bolivarianos. Pero también representa un acto de traición a nuestra doctrina; la conducta de venezolanos, en los cuales nuestro Estado Social, ha invertido recursos en su preparación intelectual, y simplemente han decidido ser útiles en otro país, distinto al suyo; o de aquellos que saquean nuestros recursos naturales, o libran una mala gestión de los recursos de su nación. Nuestro Estado Social, esta obligado a corregir y rectificar tales conductas, mediante su re-educación doctrinaria; pero también premiar a aquellas conductas que ensalzan los principios y valores bolivarianos.    

    Alcanzar el sueño bolivariano de una nación de progreso con justicia social, requiere de nuestros jóvenes un manejo diestro de sus valores y principios, pero además de esto, alcanzar los méritos necesarios y honrar y dignificar el esfuerzo por alcanzarlos. Pero también de educadores que conozcan a plenitud lo que se quiere alcanzar con el ejercicio de la doctrina social bolivariana y de un Estado Social correctivo de sus desviaciones y gratificador de sus mas destacados ejemplos.

   Camaradas, es necesario resaltar la meritocracia bolivariana, como un reconocimiento al esfuerzo por alcanzar la calidad educativa de nuestra nación socialista. No olvidemos que la eficiencia y eficacia de nuestras instituciones sociales se mide por las habilidad y pericia de sus individuos en lograr las metas u objetivos propuestos.

  Finalmente, en contraposición tenemos el paradigma del "sueño americano"; y de sus ideas de fortunas, de lujos y bienes suntuosos, de venezolanos resueltos a alcanzar estos sueños propios del pitiyanque; satirizando los esfuerzos de nuestro Estado Social por inculcar la doctrina social bolivariana en nuestro currículo educativo. A ellos, solo resta, el apaciguar sus corazones anglosajones, con la canción metáfora de nuestro canta autor ALI PRIMERA: "CANCIÓN BOLIVARIANA" y recordarles que este sueño ya tiene muchos años de luchas y de sangre de verdaderos venezolanos patriotas, derramadas por la injusticia pitiyanque de la cuarta república; y que ahora es el momento de materializar nuestro sueño. 


      

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