jueves, 2 de julio de 2015

LA TRANSICIÓN: ¿Urgida de una doctrina de economía social viable y sustentable?

      En esta ultima década, varios han sido los ensayos para lograr la colectivización de la propiedad privada; con los consabidos éxitos y fracasos. Sin embargo, parece increíble que a pesar de muchos esfuerzos, no hemos logrado fundamentar y documentar una nueva doctrina económica social, viable y sustentable.



     Como referencia, tomemos nuestro antiguo Código de Comercio Venezolano, vigente desde 1955., el mismo determina las normas, principios, y formalidades necesarias para el desarrollo de todo un sistema económico, sustentada en organizaciones donde básicamente la prioridad es el capital.

     Es sorprendente, como este antiguo compendio de normas; se ha convertido en los molinos de viento de nuestra quijotesca transición. Invertimos recursos, esfuerzo y tiempo en domar y disciplinar, las consecuencias negativas de su doctrina; pero mantenemos indeleble su influencia en nuestras escuelas y universidades. 

    Si la transición debe eliminar el Código de Comercio Venezolano; mi respuesta tajante es no., sin embargo es necesaria y urgente  disminuir su influencia, mediante su reforma. Un proceso que debe llevarse de forma gradual y progresiva. 

   Relevar a los actores del capital  a su mínima expresión, y priorizar los principios de una economía social sustentable, privilegiando por una parte a las organizaciones sociales donde el estado no participa directamente, como los concejos de trabajadores, los concejos comunales, las cooperativas sociales, las asociaciones civiles sin fines de lucro, los fondos mutuales, las cajas de ahorro y demás y por otra parte, a las organizaciones donde el Estado ha definido nuevas formas de propiedad social, tal como las empresas de producción social o de propiedad social.  

    Que ponemos en riesgo la contribución de los actores del capital en el gasto social, mediante los impuestos ?., he de señalar, que actualmente las organizaciones sociales  han comprendido la importancia de su contribución en el desarrollo de nuestra transición, mediante la figura de los impuestos ordinarios a la par de contribuir al desarrollo del comercio justo. 

 Dejemos, pues de invertir en soluciones a corto plazo; y proyectemos hacia el futuro, hacia un Código de Economía Social. De esta manera garantizamos que muchos de los modos económicos viciados, como la especulación, fruto de la antigua doctrina económica del capital; se conviertan en un problema permanente de índole nacional.

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