lunes, 7 de septiembre de 2015

LA TRANSICION: Hacia el proceso de disminuir la influencia de los actores del capital. Segunda parte: Del culto a la MERCANCIA al culto del VALOR AGREGADO.

     ¿Que es mas importante para una nación socialista en búsqueda de progreso y justicia social?: De individuos que se aboquen a transformar las materias primas y obtener bienes transables con un alto valor agregado o de individuos que simplemente se dediquen a la comercialización de dichos bienes; con escasa o nula aportación. En esto es que debemos enfocar la reforma de nuestro antiguo código de comercio, privilegiar el desarrollo de individuos productores o portadores de valor agregado; buscando disminuir significativamente el proceso parasitario de individuos-comerciantes. 


 Admitamoslo, a lo largo de estos siglos, en que nos hemos convertido?; pues bien, nuestra nación es mayoritariamente una sociedad de individuos comerciantes-consumidores; adoradores de la mercancía; y de la cual se rinde culto. Pero cuando sucedió todo esto, bueno les puedo asegurar que esto viene desde la época de la conquista. De aquellos individuos conquistadores-comerciantes; que intercambiaron, con nuestros antepasados, no solamente mercancía, sino también nos impusieron, toda su cultura del comercio especulativo y amoral; que obviamente, nuestros nativos no conocían, pero con el pasar del tiempo, la adoptaron en sus hábitos y en sus costumbres, y le dieron un marco legal, con el nombre actual de código de comercio.

    Es así, como nuestra convivencia económica actual esta amañada de este proceso solapado, cíclico, oportunista y amoral de individuos comerciantes-consumidores;  que hoy en día han encontrado en los bienes alimenticios, producidos por nuestras comunas, organizaciones sociales, y empresas estratégicas, con valores subsidiados por nuestro Estado social, la oportunidad perfecta para lograr en el menor plazo posible, sus objetivos individualistas; CLARO ESTA, AMPARADOS POR LA VIEJA DOCTRINA ECONÓMICA QUE LES ENFATIZA QUE TALES BIENES, NO SON MAS QUE: "MERCANCÍA".

     Desde luego, la figura del individuo - comerciante; es muy diferente a la figura del individuo - productor; así el código de comercio, pretenda encerrarlos en un mismo marco canónico. Ambas figuras difieren en que el primero es formador del capital comercial y el otro del capital productivo. Pero finalmente debemos admitir, que el primero es parasitaria del segundo.

   Las características de este sistema parasitario, son de manera sorprendente, muy evidentes: 1. El culto y la adoración a la mercancía. 2. La especulación como patrón de renta y ganancia; 3. El menosprecio por el individuo - productor venezolano; 4. La pobre o nula aportación de valor agregado a los bienes que comercian, y 5. El rápido solapamiento de individuo-consumidor a comerciante.

     Pero, pensemos un poco. Para una nación en búsqueda de progreso y de justicia social, que es mas importante: resaltar el significado y la importancia del valor agregado, presente en el individuo como creador de inventivas, transformador de materias primas; o del individuo - comerciante, usurpador y especulador de este valor agregado, y que al final, sin que me quede duda alguna, es quien disfruta de la "plusvalía", de lo que él y su vieja doctrina consideran "mercancía".

   Ahora bien, debemos considerar, que nuestro Estado social, debe procurar que este individuo creador de inventivas, procreador de valor agregado; o lo que es lo mismo: un individuo - productor; no puede aislarse a la figura del individuo - consumidor; y es allí donde nuestro Estado social, debe encauzar al mismo en los valores afectivos propios de nuestra doctrina social bolivariana que permitan una verdadera convivencia económica con justicia social, la promoción de mercados comuneros; abastos y supermercados estatales, bodegas comunitarias y demás; como verdaderos centros donde los valores afectivos doctrinarios predominen en la convivencia económica entre el individuo productor y el individuo - consumidor.

  Teniendo en cuenta esta premisa, debemos enfocar nuestras reformas al código de comercio venezolano en elevar en un primer plano la promoción de organizaciones mercantiles cuyo objeto social es la de transformación de materias primas en bienes principalmente transables con significativos valores agregados como primera prioridad, mediante los beneficios fiscales y el  apoyo irrestricto de nuestro Estado social y desde luego, de su orientación doctrinaria; y por otra parte, disminuir en gran medida, la articulación de organizaciones cuyo objeto sea  la simple compra y venta de bienes o de "mercancía", solo con fines especulativos, carentes  o pobres de valor agregado. 

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