El Valle del Silicio Venezolano va a permitir que se consoliden estructuras inmobiliarias que señalen la nueva era digital y de empresas tecnológicas que evidencien los propósitos de nuestro estado social emprendedor en abordar la vanguardia de nuestra era para que nuestros nuevos talentos no piensen siquiera el emigrar hacia sueños foráneos y así evitar la fuga de cerebros.
Si nuestra nación no procuro un asiento dentro del ferrocarril de la revolución industrial, es menester que la misma reserve un asiento dentro de la nave que nos llevara a competir en la nueva revolución digital o computacional. Ahora bien antes de lamentarnos lo que debemos es dar gracias a Dios que no somos parte determinante de la degradación ambiental de nuestro planeta, de lo cual muchos especialistas aseguran que su causa principal es la misma revolución industrial.
Y es que la demanda energética que requiere el crecimiento de esta revolución no ha tenido clemencia con el equilibrio natural de nuestro planeta, sin embargo la revolución o era digital es la llamada a rescatar estos desequilibrios y allí nuestra nación no puede asumir una actitud pusilánime y mucho menos solapada; procurando el cambio de productor de combustibles fósiles al de energías verdes y el lapso para ello está determinado de manera prominente al cambio de los vehículos automotores hacia alternativas verdes en los países desarrollados.
Hablamos según nuestros aliados cerca de 20 años o menos en función de las circunstancias. Por otra parte la experiencia de nuestros aliados ha demostrado que abordar la nave de la era digital es sinónimo de autarquía en la defensa de la soberanía nacional contra los nuevos y renovados artilugios militares nacidos precisamente de esta nueva revolución.
Precisamente nuestro aliados iraníes ha conseguido destacados avances una vez escarpado esa montaña de la ciencia y tecnología basado en el silicio. Y hoy por hoy ocupan por ejemplo, los primeros lugares en el desarrollo de drones, misiles de precisión o radares.
Por otro lado nuestros hermanos rusos han logrado de manera pragmática, lo que por muchas décadas de guerra fría no pudieron sostener. Y es la determinación hacia un mundo multipolar y pluricultural. Sin hegemonías ni esquemas únicos de cultura anglosajona impuestas universalmente. Gracias por supuesto de haber entrado casi a la par de su rival en la nave de la era digital; no importando si en el camino solo se limitaba al desarrollo de copias de su rival que con el tiempo se han optimizado a tal punto de superar en muchos de los procesos del silicio a la de su competencia, tanto de EEUU como de Europa. Hoy en día el desarrollo de misiles hipersónicos y demás avances de vanguardia mantiene perplejos a sus contrincantes y esto no hubiera sido posible si de hecho no se hubiesen preocupado por asegurar un puesto en la nave de la era digital.
Por otro lado, nuestros camaradas chinos, sí que en verdad se reservaron los primeros puestos de esta nave de la era digital. Su desarrollo acelerado en la tecnología hipersónica es la envidia de sus rivales, sin menospreciar las aeronaves con características de quinta generación. Todo ello posible gracias al desarrollo del silicio dentro y fuera de su plataforma continental. No es por nada que los anglosajones han jurado públicamente no permitir la integración de Taiwán al resto de China, simplemente cerca de la mitad de la oferta del silicio está ubicada en esta isla.
No dejemos de hablar de nuestros hermanos norcoreanos, apoyados fundamentalmente por China han reservado un lugar en esta nave digital y puesto a punto muchos de sus artilugios nucleares o no, heredados de la era soviética y han desarrollado cuantiosos avances en la generación de alternativas verdes de energía.
En el caso de nuestros hermanos de la Gran Patria, tenemos que recientemente en la población de Colonia del Sacramento en Uruguay; se planea la construcción de una "ciudad del futuro", al puro estilo del Valle del Silicio anglosajón. También observamos experiencias en Colombia y Ecuador.
Todos estos ejemplos, nos obligan a reflexionar de muchas maneras: ¿quedaremos estancados como país monoproductor de combustibles fósiles, hoy en día cuestionado y señalado como el principal culpable de la degradación del planeta? ¿Seremos capaces de abordar planes exitosos en la tecnología del silicio en un lapso tan breve de cerca de veinte años cuando a nuestros rivales, hermanos y camaradas les ha costados varias décadas llegar dónde están?
Estas preguntas, solo pueden obtener respuestas satisfactorias si contamos con el apoyo de nuestros principales aliados como China, Rusia e Irán y su cooperación para asegurar un puesto en esta nave de la era digital lo antes posible y me explico: es necesario el desarrollo centralizado y promocionado por nuestro Estado social de un “Valle del Silicio en Venezuela, y no hablo de los parque tecnológicos de la cual hablaremos más adelante, sino de las experiencias como las que se encuentran en la ciudad de PYONGSONG en Corea del Norte; la ciudad de SHENZHEN en China, la experiencia rusa en la ciudad de SKOLKOVO, o en la ciudad de PARDIS de nuestros hermanos iraníes.
Experiencias centralizadas y promocionadas por el Estado, asumidos estratégicamente dentro de los planes de sus naciones y abordados con el máximo celo y resguardo para el desarrollo de tecnología de punta basados en la manipulación del silicio.
Camaradas, la manipulación del silicio es lo que nos va a permitir el desarrollo de una vasta tecnología con aplicaciones en todo los ámbitos de nuestra economía que les aseguro procurara la autarquía de nuestra nación; por lo que el establecimiento de empresas de nuestros aliados que manufacturen dichos productos en nuestro territorio es cuestión de abordar o no de manera oportuna esta nave de la era digital.
El Valle del Silicio Venezolano va a permitir que se consoliden estructuras
inmobiliarias que señalen la nueva era digital y de empresas tecnológicas que
señalen los propósitos de nuestro estado social emprendedor en abordar la
vanguardia de nuestra era para que nuestras nuevos talentos no piensen siquiera
el emigrar hacia sueños foráneos y así evitar la fuga de cerebros. Tomen camaradas cartas en el asunto….
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