lunes, 1 de febrero de 2016

LA TRANSICION: Hacia el proceso de disminuir la influencia de los actores del capital: III Parte: De la hegemonía del sujeto económico primitivo a la practica de la moral bolivariana conforme al deber ser del sujeto económico moral.

Ya todos conocemos, nuestro viejo habito mercantil de "cuanto hay pa´ eso". Lamentablemente, es una etiqueta que nos identifica como una sociedad prominente de sujetos económicos primitivos. Es decir, aquellos individuos que no construyen su propia realidad a partir de sus facultades cognoscitivas; sino al contrario, aprovechan tales cualidades para establecer relaciones de dominación del "hombre por el hombre"; llevados por la motivación de sus placeres mas banales, por la satisfacción de sus necesidades primarias al grado extremo de lo que puede suplir la ganancia.


Sin duda, décadas de padecer de la enfermedad holandesa; nos ha llevado a esta situación de ignominia. El habito por la ganancia abrumadora y expedita, es una herencia de nuestra cultura rentista; y uno de nuestros principales obstáculos para superar la actual coyuntura. Es importante tener claro, que esta herencia maldita ha solapado a nuestra sociedad y se ha nutrido de la doctrina del libre mercado y su culto y adoración por la mercancía. 

Ahora bien, el hecho de que muchos de nuestros individuos consumidores solapan ha individuos comerciantes en búsqueda de esta ganancia abrumadora y expedita; no debe sobresaltarnos de indignación. Por la razón de que la misma no es su decisión de vida; y el hecho en si tiene carácter de reversibilidad. 

Pero cuando un individuo de nuestra sociedad, toma la decisión de vida de asumir los actos de comercio como su  actividad habitual, a partir de allí es victima de la hegemonía del libre mercado; que poco a poco lo consume y lo moldea en un individuo amoral, incognoscible; transculturizador y parasitaria. Sus acciones están motivados por lo que el existencialista Jean-Paul Sartre; interpreta como un "sujeto arrojado a la realidad", que en nuestro caso, es una realidad impuesta por otras culturas dominantes, mediante su mercancía transcultural. Un sujeto económico primitivo, es decir, aquel individuo que consciente de la situación económica de su país, solo busca el obtener el mejor provecho para sí de tal coyuntura. Restando importancia el transformar esta situación ignominiosa; porque para él, no son propósitos de su razón. Bajo estas circunstancias, es cuando nuestros individuos comerciantes asumen el papel de sujetos económicos primitivos.

Imagínense ahora toda una sociedad dominada por sujetos económicos primitivos; y tendrán la respuesta de nuestro atraso como cultura de sujetos cognoscentes que construyen su propia realidad. Y mas aún, piensen por un momento en una burguesía de individuos comerciantes compitiendo por satisfacer la demanda de los individuos consumidores con mercancía transcultural y especulada, y tendrán la respuesta de nuestra pobre capacidad transformadora, de nuestra precaria capacidad técnica, e industrial. Por eso no les extrañe, que ante la negación del usufructo petrolero, esta burguesía de individuos comerciantes se encuentran ante una total frustración, y en una actitud conspiradora y traicionera contra nuestro Estado social., que se traducen en la búsqueda desaforada de la ganancia abrumadora y expedita con nuestros bienes alimenticios.

Ahora bien, lo que si debemos tener presente; no es en sí la guerra económica de esta burguesía heredada de nuestro viejo patrón rentista. Sus artimañas son ineficaces, ante nuestra política de desarrollar una convivencia económica afectiva; en donde debe existir procesos sinergicos y acuerdos consensuados entre nuestros individuos productores y nuestros individuos consumidores en un nicho económico; representado por nuestros mercados comuneros y demás entes estatales; donde esta presente los valores y principios afectivos; propios de nuestra doctrina social bolivariana. 

Lo que debemos tener presente; es el significado intrínseco del individuo comerciante, como vector promotor de culturas en la figura de la mercancía, como transmisor de la realidad cognoscitiva y existencial de una determinada sociedad; que pueda diferir significativamente de nuestra propia realidad. En este punto; solo observamos a nuestros individuos comerciantes, como verdaderos cómplices de una sociedad involutiva, dependientes en el espacio y el tiempo de otras culturas, rezagandonos a solo individuos consumidores, de corte materialistas; cómplices de la realidad y la razón de otras culturas, traidores de nuestra propia capacidad transformadora.

Consideremos de manera consciente,  el rol que actualmente desempeñan nuestros individuos comerciantes que interaccionan en nuestro actual régimen de capitales; e inculquemos en ellos, la critica reflexiva ante nuestra situación de ignominia, para que los mismos se configuren como verdaderos vectores en la promoción de nuestra transición hacia una nueva cultura productiva, en búsqueda de una economía con justicia social; sujetos económicos morales motivados por la máxima moral bolivariana; y dejen de ser, citando a nuestro Padre Bolívar: "Instrumentos de nuestra propia destrucción.

Bibliográfica: Jose Pablo Fenmann: Filosofia aquí y ahora. Canal encuentro. Buenos Aires, Argentina. 2008. Canal Youtube.
Immanuel Kant: Critica de la razón práctica,1788.
Renee Descartes: Discurso del método para dirigir bien la razon y hallar la verdad en las ciencias. 1637.

No hay comentarios:

Publicar un comentario